Aquí os dejo un escrito. Es de los típicos que haces cuando estás aburrida y lo plasmas en un folio,siempre inspirada en algo. Para empezar el blog,no está mal,soy nueva en esto.
Sin enrollarme más,espero que os guste (:
¡Un beso a todos!
El cielo seguía oscuro,negro como el
azabache. Sólo la luna iluminaba el pequeño claro donde me
encontraba,afortunadamente,justo debajo de ella,con suaves hilos
blancos que hacía que los árboles se volviesen de plata. Mi brazo
temblaba,mi mano permanecía quieta a pesar de ello,mi
mente,despejada y atenta. Lo sentía,mis ojos también lograban ver
los suyos,oscuros,como un pozo sin fondo. Se movía con rapidez entre
los frondosos árboles,silencioso,pero su pelaje negro gris entre la
yesca,reconocible a pesar de lo oscuro que estaba el día;lo
delataba. Mi vista seguía el caminar de sus oscuras patas sobre la
yesca. Él no me había visto. Me apostaría lo que fuera a que su
actividad era la misma que la mía,pero él era mi presa,yo su
cazadora.
Nunca se me había dado bien cazar
lobos. Lo dicho,se movían suavemente y no dejaban verse ya que
contaban con la oscuridad de su parte. Pero nada es inviolable,y hoy
le había tocado a un macho pequeño,quizás todavía sin manada,sin
alguien que le cubriese las espaldas. Quizás aquella era la razón
por la que mi cuchillo había inpactado en su cuello casi al
instante. No estaba muerto,sus músculos se hallaban en tensión,y
gemía sin cesar mientras movía su pata derecha de cazador. No
deseaba verlo así. Saqué el cuchillo y antes de que se pudiese
levantar,ya había vuelto a penetrar su cuello. Sus ojos me miraron
lastimeros antes de emitir un último gruñido.
Después,simplemente,calló. Sólo se escuchaba a los búhos en aquel
momento,y decidí salir del bosque.
Mi padre se pondría muy contento al
ver una pieza tan grande. Pájaros,comadrejas y conejos eran los
únicos animalillos que caían bajo mis trampas y,si no fuera por mi
puntería con el cuchillo,el lobo seguiría vivo y con un sólo
rasguño en algún sitio. Además,hubiese perdido mi cuchillo. Así
que dejé de lamentar la muerte de tal preciado animal y cargar con
él en la espalda. Pesaba muchísimo,me paré a descansar a mediados
del camino en una franja hacia la ciudad y dejé el animal a mi lado.
Llegué a Plantago exausta. La ciudad
recibía ese nombre por las bonitas flores llamadas llanten que
crecían desde la caida del sol,como lo llamábamos aquí,y que,como
un milagro,sobrevivían a la oscuridad de los meses con la poca luz
que absorvían en los días eclipsados y se mantenían durante todo
el invierno. Además,se decía que con su blancura iluminaban el
cielo,cada año en las conmemoraciones,dos niños salían a llevarlas
en un ramo hacia el altar de la iglesia,y rezaban junto con todo
Plantago. Y todo aquello se realizaba,simplemente,porque la gente
tenía fe en que algún día este mundo volviera a ser como se decía
que era antes,con frutas que llevar a casa,palacios y tecnología con
algo llamado ordenadores e internet,y sobretodo,lo más
importante,con luz,con un sol que nunca acabase,que siempre estuviese
allá alto en el cielo,vislumbrándolo todo y haciendo crecer a las
plantas e iluminar nuestros días. Yo no creía en esas cosas.
Siempre he creído que el sol nos dejó un día para no volver,y mis
plagarías sólo son y serán para la luna,a la que muchos
ignoran,pero en realidad es nuestra fuente de luz blanquecina en
nuestros días oscuros.
Jadeo mientras,después de
levantarme,cojo al lobo por un costado. Si,es pequeño,pero pesa una
barbaridady lamento no haberme traído un saco,o que mi padre no esté
conmigo.
Camino a cuestas con el animal pasando
por delante de la inmobiliaria donde antes trabajaba mi padre. Al
principio,una clienta me mira y después me señala interrogante.
Como me he parado,parece que estoy esperando que me abran la puerta y
me dejen pasar,así que meneo la cabeza y sigo adelante. Después de
dar tres pasos,las piernas me tiemblan,y no es que yo no sea
fuerte,la cabeza me arde por el calor que viene de dónde nadie
sabe,los brazos me duelen y el lobo peligra con caerse al suelo
aunque yo no quiera. Sé que me voy a caer,porque ya no puedo más
con todo el peso,y es justo cuando me doy cuenta de que no ha sido
buena idea venir con el lobo en la espalda,sino que debería llamar a
mi padre,o simplemente no cazarlo. Pero en fin,aquí estoy,pensando
en que me voy a desmayar de un momento a otro,y justo cuando pienso
esto las piernas me fallan y caigo encima del lobo,en el suelo.
Me ha gustado mucho, ¿tiene continuación? :D Enhorabuena por el blog,
ResponderEliminarbesos ;)
Muchísimas gracias! Que va,fue simplemente que se me ocurrió,aunque podría seguir escribiendo. Un beso enorme,y gracias también por comentar!
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